martes, 7 de junio de 2011

¡A la acracia por la inocencia después de quemar todas las sillas!

Los compañeros de MAE demostraron anoche cómo la lucha en las plazas, que durante todo este tiempo ha estado recluida de puertas adentro - mantenida por unos pocos soñadores-, puede volver a saltar a los teatros y seguir conmocionando, expandir la idea de un nuevo mundo, de la unidad del pueblo con las manos levantadas para guerrear y no para ser esposadas, para liberarse y no para postrarse. En una propuesta escénica que parte de los sonidos, los gritos, las consignas, la poesía de la plaza de Elx (de todas las plazas), de un sistema moribundo al que estamos empezando a darle la puntilla, cómo desde el corazón, desde la inocencia poética -como dice Lizano - podemos cambiar el mundo: el MUNDO REAL POÉTICO. En esta revolución que nace y comienza a palpitar en nuestras calles hay plazas, pero sigue habiendo casas, oficinas, fábricas, bares, teatros, donde los rumores de la lucha llegan apagados por los altavoces mediáticos.

Es nuestra labor, la labor de los artistas, los poetas, los músicos, los trobadores extender la palabra de las plazas, hacerla visible allá donde los hombres y las mujeres continúan encadenados a una silla, a unas costumbres impuestas durante años, romper con la palabra y la acción esas cadenas para que las plazas se nutran de todxs los hijxs, lxs novixs, lxs hermanxs en pueblo y alma. Los MAE demostraron anoche, con lágrimas en los ojos - las de un Manolo Maciá imbuido de ese espíritu guerrero de la plaza de Elche - que el pueblo avanza y ahora es imparable porque ha tomado las plazas, pero también ha salido de ellas. Anoche, en la sala Carme Teatre vivimos los clamores de la plaza y sentimos la lucha de todos los compañerxs.

¡A la acracia por la inocencia después de quemar todas las sillas!

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