lunes, 25 de enero de 2010

Mi NO-CUMPLEAÑOS


Me diluyo en la corriente de las felicitaciones de cumpleaños y olvido que cumplo años. Ni de pequeña he dado mucha importancia a mi cumpleaños. No es una fecha señalada en mi calendario. De hecho ha habido años que hasta yo misma lo he olvidado y recordado al día siguiente o a los dos días. Pero sí me gusta que me feliciten, me hace sentirme querida y recordarme que quiero. Ya está.

Muchas veces pienso en las fiestas de cumpleaños como un reconocimiento de que el tiempo pasa inexorable, sólo que yo trato de ser consciente cada segundo de mi vida de que ese tiempo pasa y de ser feliz por ello, porque sólo así en ese transcurrir de los segundos puedo seguir disfrutando de cada detalle, de cada mota de polvo, de cada momento. No, para mí el día de mi cumpleaños no es distinto a cualquier otro día: Hoy hace justo 37 años que nací (precisamente a esta hora de la tarde) Miro atrás y por más que ausculto mi paso por este mundo efímero y tranquilo no veo nada, ninguna decisión - por más perniciosa que haya sido - con la que no volvería a cargar si pudiera volver a empezar. He atravesado todos los espejos que quería atravesar y seguiré haciéndolo. Y muchos de ellos pueden haber sido falsos caminos, puentes resquebrajados, callejones sin salida o cumbres escarpadas, pero de todos ellos he aprendido más que he sufrido y es gracias a esas decisiones que ahora soy la que soy y vivo como vivo y, ¿qué queréis que os diga? Me encanta.

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