lunes, 7 de julio de 2008

Crónica de un viaje de ida y vuelta a Barcelona

Ilustración de Fransi Nieto en el cuaderno perdido de Alicia


Missing people. Fransi Nieto


Barcelona. 30 de junio de 2008 - 4 de julio de 2008.


Cinco días de intensidad espiritual y material que me han valido buenos amigos, buenos recuerdos y algunos escritos. Estuve en la ciudad condal la semana pasada para hacer un curso de Web 2.0 para Periodistas en la Pompeu Fabra. No hablaré aquí del curso, baste decir que les queda todavía por mejorar la segunda parte del enunciado del curso: 'Para Periodistas'.


Allí conocí a Mª Eugenia, venezolana cargada de tremenda energía y pausada sabiduría, compañera de curso, de cafés y de comidas. Pero, sobre todo, compañera de tertulia interesantísima sobre política, comunicación, educación, religión, maternidad,... Vamos que no paramos de hablar ni un segundo. Mª Eugenia Esté es la presidenta de la Fundación Tecnohumano, una institución que trata de ahondar en la pedagogía de la ciencia y la tecnología y cuya intención es trabajar en red. En cuanto la construyan, para eso está allá Mª Eugenia, ya os daré las señas. Será interesante seguirles desde el otro lado del charco.


Tuve la inmensa suerte de coincidir el primer día (yo acababa de llegar y me gasté 20 eurazos en consultar mi correo desde el hotel) con Javier Llinares. Solícito y caballero me enseñó media Barcelona, paseamos sin parar de hablar (con indicaciones sobre qué era qué y de dónde venía entre paréntesis) desde las once y media de la noche hasta casi las dos, desde la calle Balmes hasta el Puerto (casi llegamos a la Barceloneta). Compartimos historias y sueños de bloggers y algunos proyectos que empezarán a ver la luz en breve, espero. El primero, una blogquedada en El Dorado de la Valencianosfera, a la que ni yo pude asistir (reitero: estaba en Barcelona) y que no tuvo demasiado éxito (la premura en la convocatoria y la recién estrenada valencianosfera todavía nos hacen ingenuos organizadores).


Contacté con la Alicia más primitiva y la acompañé al spa del hotel, en el que no aguanté demasiado dada mi absoluta incapacidad para relajarme remojada de una piscina a otra como un pez mareado. Donde sí conseguí llegar al nirvana fue en la Sala de Fumadores del Hotel, zulo solitario y licencioso, en el que di rienda suelta a mi pluma con la mano libre que me dejaba el cigarro (alguna excusa tenía que tener para estar allí) y la cervecilla (cuatro eurazos de rubia). Ya iré compartiendo algunas de las cosas que escribí con vosotros. Venga os pongo la primera:


A la mendiga de la calle Balmes



Prisión delata
La ciudad encantada
Gritó la vieja

Hay a millares
Golpeándose hombros
Van por las ramblas

Contra la pared
Se esconde de sí misma
Que la veas no

Ofrecen oro
Con los ojos volados
Corriendo siempre

Sólo caminan
No miran, hablan o huelen
Ostras sin perla

Gargantas llenas
Ampollas, pies deformes,
Inercia, ruido

Río rápido
Al final pocos llegan
Se pierden el mar


También compartí cena con Félix Menkar y su hermana, que andaba por Barcelona para asistir a su madre (desde aquí un fuerte abrazo de ánimo Félix) quienes me adentraron por las callejas del barrio gótico y el mercado de la Boquería y con quienes me tomé una cervecilla en el bar donde tertuliaba Terenci Moix, junto a su casa. Antes había descubierto varios sitios dignos de visitar: el centro Cultural Valentina, a espaldas del Ayuntamiento y la tienda de ropa Greté, justo enfrente, ambos en la calle Regomir. También me gustó mucho el bar La Bastarda, en la calle Balmes.

Los poemas los escribí en un cuaderno nuevo, robado para más señas del escritorio de Isaac, que ha resultado ser en sí mismo fuente de inspiración. Y, como no podía ser de otra forma tratándose de mí, perdí el cuaderno. Desesperación, fatalidad, búsqueda y finalmente resignación...


Sin embargo, al estrenar la libreta rellené, algo que no suelo hacer, el cuadradito en el que pone aquello de "Si me encuentras llama al...". Y llamaron. Vaya si llamaron. El cuaderno resultó ser mágico, como los de los cuentos de hadas y capturó ante sus páginas precisamente a un hada. Fransi Nieto. Una ilustradora, artista de vanguardia, increíble persona que vive, sueña y crea en Barcelona. Fransi es una de esas personas que te encuentras por casualidad y ya no sueltas no vaya a desaparecer convertida en polvo mágico. Sus dibujos emulan el universo reflexivo y crítico que yo busco en mis poemas, desde la calculada candidez de una infancia que nos negamos a perder por lo que en ella hay de juego, de sabiduría ancestral y primitiva, de ingenuidad mórbida y morbosa. Quedé con Fransi, apenas unos minutos de charla, intercambio de webs y correos y una promesa en el aire, converger en nuestros sueños... que ya se está cumpliendo. Fransi ilustró mi cuaderno con uno de sus dibujos, que a parti de ahora, forma parte ya de mi baúl de los tesoros.


A Fransi Nieto por encontrarme... por ENCONTR-ARTE

Cuando la pérdida se palpa en las tinieblas
Y crece repetidamente hasta estallar
la burbuja celeste de un presente deseado

Una tristeza de araña rota
repta hasta mi cuello
y estrangula la flor apenas perfumada

Si entonces, vagando
para hacer como que sigues buscando,
palpando lúcida la oscuridad
siguiendo el hilo de Ariadna,
alguien surge erguido, volando grácil
de detrás de la sombra del sol
desde el lado ciego de la luna
para salvar las palabras
y deshojar la flor ya marchita

Y si ese alguien es además
flor más grande y bella
perfumada y verde
que sostiene tu muleta negra
e impide que te precipites muerta

Entonces la ciudad entera
gira subida al tiovivo del destino
y sabes que perdiste unas palabras
pero encontraste un hada
¡Aplaudid ciudadanos!



Regresé a Valencia y... sostiene Isaac que no he vuelto yo, que ha vuelto otra mujer, no distinta sino más Alicia. Hay que ver: una se va a estudiar un curso y vuelve habiéndose aprendido un poco más a sí misma.

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