jueves, 3 de julio de 2008

CUARENTA Y TRES


a los integrantes de la Asociación "Víctimas del Metro 3 de Julio", cuyas camisetas (reivindicación de las 43 víctimas mortales del peor siniestro de la historia del metro en España) les fueron incautadas en las puertas mismas de una sesión plenaria (la del 27-jun-08) del Ayuntamiento de Valencia.



Los perros que administran las sesiones del Amo

registraron vuestras bolsas y os prohibieron vuestras prendas:

maldiciendo tanto olvido,

van los muertos juntos vistiendo esas camisas

y en ellas vais cosiendo nuevos hilos con antorchas.


Que decreten el olvido.

Ya vosotros armaréis nuevas canciones.

Que cancelen la memoria.

No podrán más con vosotros:

reabriréis con nuevas llaves nuevas tercas preguntas.


(Van brindando vuestros muertos, tan desnudos de cosas,

con cuarenta y tres cuencos rebosantes de frío).


No podrán con su recuerdo,

no podrán herirlos por dos veces:

brindando todos juntos

se congregan tercamente en sus blancos rincones.


Mientras eso ocurre,

los perros que administran las sesiones del Amo

volverán a requisar todas vuestras camisas.


Que decreten el olvido.

Que cancelen la memoria.

Cuarenta y tres veces coseréis para ellos nuevos largos vestidos.


Vuestros muertos dormidos, tan colmados de cosas,

arropados por vosotros se pasean por el mundo:


Van ahora ya sin frío,


poblarán las tardes blancas

cantarán junto a vosotros

volverán para vestirse.


Preguntad por todos ellos; encended nuevas antorchas.




Enrique Falcón

Barrio del Cristo (Valencia), 29 de junio - 3 de julio de 2008


2 comentarios:

CharlyChip dijo...

Cuanto nos cuesta a los humanos persistir en el recuerdo... La rueda de la historia nunca para, jamás vuelve atrás...

Eso es bueno y es malo...

No es bueno vivir en el recuerdo, pero si lo es vivir con el para iluminar el camino con los ojos de lo que de nuevo hemos aprendido...

Un cordial saludo

MATISEL dijo...

Demasiados muertos olvidados, vidas anónimas tan valiosas como las que más, ahí están, en la memoria, un accidente evitable y que la desidia del poder convirtió en asesinato...

Besos