viernes, 11 de abril de 2008

En Nínive... contigo






















Esta mañana he descubierto la razón por la que mi natural inclinación hacia el romanticismo y la lírica no era más que una impostura. He despertado de un sueño que ha durado 35 años y lo he hecho de golpe, sin una transición que me preparara a tal descubrimiento. El mazazo me ha pillado desprevenida, la sorpresa ha asomado a mi rostro y los apurados viandantes de las 7 de la mañana que hayan levantado la mirada del asfalto se habrán topado con un rostro desencajado por la realidad.

Mi manifiesta - muchas veces defendida con ahínco - propensión al campo, a la soledad, al silencio, a los pajarillos, al mar rompiendo en un acantilado, a la naturaleza virgen y salvaje, a correr desnuda por una playa desierta, a montar a caballo sin silla,... no era más que una falacia de adolescente. Lo que de verdad me gusta es mucho más gris: la ciudad, el sonido del tráfico, las caras anónimas cruzándose en la calle, el tendero adecentando su trozo de acera, la conversación insulsa en una barra de bar, el debate acalorado una tarde en el parque, los niños corriendo, el ruido,... el silencio de la noche solitaria, unos pasos resonando en la calzada mientras vacío mi cerebro frente al ordenador.

Y lo que me ha hecho descubrir que he vivido una mentira, que me he creído unos deseos que no existían ha sido el viento frío y desapacible que me ha recibido esta mañana. La luz límpida, helada, del cielo sobre los edificios me ha recordado esa sensación de inmensa vulnerabilidad que se experimenta cuando uno despierta en campo abierto. La ciudad arropa, envuelve, protege a sus criaturas. El campo las ofrece en sacrificio a la naturaleza despiadada. La ciudad me ordena el caos. Ese viento ha despertado mi conciencia: no quiero vivir en el campo. Me quedaré en la ciudad. Aunque sea una ciudad perdida, en ruinas,... me quedaré en Nínive para siempre. Contigo.

2 comentarios:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Alicia:

De manera irrefutable ese sentir, esa pertenencia y ese amor contra los huéspedes extraños y la intemperie me resulta empático.

Te enlacé en "viktor gomez" de blogspot y haré lo propio en QUE.ES cuando tenga un rato.

Un beset y buena singladura.

Viktor

ALICIA MARTÍNEZ dijo...

Muchas gracias Viktor. La verdad, es que me ha costado un poco arrancarme por soleares, tenía la pluma literaria algo oxidada. Pero, seguiré intentando juntar palabras. Un beso.

Ali