digo Togo y digo hambre
digo todo y tolero mis ojos cerrados ajenos al desierto y sus espigas abriéndose en la noche
digo Togo, y no pienso
permanezco agazapado en mi burguesa Europa de mentira
decir Africa, es decir lejos,
decir lejos es decir ojos cerrados
decir ojos cerrados es dar la espalda al hambre
pero si digo: no silencio, auguro palabras,
si digo Togo, digo Africa,
digo no silenciar este vehemente espaldazo a la tierra imberbe
y es mi voz a su caudal de carencia
lo que entrego para hablar desde el que no tiene boca más que para hambruna,
desde el que amasa barro no para crear hombres sino cobijo,
desde el que mira el exilio como exclavitud atado a su tierra,
desde el que busca agua para arar su pedazo de tierra en la noche abismal del desierto,
desde el que caza al Judas-Mundo robando los granos de arroz donde apilan, escriben, trazan, rompen a dentelladas, los nombres de los que murieron con el estómago en derrumbe y huelga y desierto repleto de eco
pero si digo tierra –que no agua- sea mi voz la suya y barro para construir andamios de esperanza, cobijos sinuosos abriéndose en el desierto que se abre a espaldas de Europa
si digo Togo, hoy, digo voz, digo nada es desechable porque el barro aún puede crear estas espigas de orfandad de la que me acompaño hoy cuando miro hacia África por entre el fino muro de polvo que vomita Europa, de la que reniego
un destierro en la misma tierra
esclavos de los grilletes del día a día,
como pueden aún no comer estos hombres si no es porque se les ordena buscar raíces para encontrar sed
como pueden aún no beber estas mujeres si no es porque se les ordena callar y engendrar más soldados para matar a sus hermanas
como pueden aún no hablar de su penuria si no es que el cetro golpee sus alas y les niegue el vuelo lejos del azote de este cetro- que no cendal que acaricia-, sino estacazo a pensar y respirar por sí mismos
como pueden aún danzar a espaldas del dominio de la obstinación y la tiranía pidiendo al cielo y la tierra que los siga acogiendo como hijos del barro y de la espiga que desmigajan amparándose en la creencia de la luna nueva que trae buen barbecho, buena añada para su hambruna y podredumbre
un destierro en el mismo barro,
hoy,
que la voz del poeta,
si es que sirve de trigo de solaz para el hambriento, de voz para el amordazado de las cuerdas vocales,
de árbol pariendo frutos,
de raíces absorbiendo el agua que alimentará las cosechas,
hoy, si es que sirve de algo
déjanos llenar tu silencio tirano
con nuestros ruidos, hechos palabras para DAR CUENTA de que os obstináis en sobrevivir a esta perra vida de imperecedera orfandad
Por Eddie (J. Bermúdez)
2 comentarios:
son palabras potentes, claras y precisas (las entedemos todos incluso los no licenciados) y como me dijo Jenni solo acabar de oirte: "este Eddie está siempre inspirado"....a veces la percepción, el sentido y la valoración (el escritor es el menos indicado para opinar de lo que escribe) tambien llega de los escuchantes.
Qué bueno. Allí estalló la bomba-poema de Eddie. Dos lecturas hizo muy inspiradas y necesarias como recueda Felix. Africa tiene en su orfandad una cicatriz que nos señala a todos.
Un beset
Vík
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