Tengo tantas cosas pendientes y en la lista de espera para ser subidas al blog que estoy mareada: la crónica de los poetas de La Trinchera, de la itnervención del domingo en El Dorado, las fotos del Aniversario que, por fin, ha subido Félix Menkar a Facebook, una crónica de nuestra velada poética en la playa,... Uf. Son muchas cosas, así que un día de estos me epgaré la paanzada, es lo que tiene.
Pero hoy no podía dejar de comentar la noche en la que vibramos al son de la cerveza y la amistad unos amigos en Valencia. Me dolía terriblemente la cabeza, mi alama andaba lejos, visitando la luna y sólo de vez en cuando bajaba a la conversación y aportaba algún comentario falto de lucidez, de gracia, de acierto,... vamos aquello de voy a decir algo para que sepan que sigo con ellos...
En uno de esos aterrizajes recibí un abrazo. Debería hacer la crónica de este año de mi vida con un recorrido por los abrazos que he dado y recibido: abrazos que me han dejado en la piel un rastro de polvo de estrellas, del polvo que recubre a las personas especiales: Víktor, Uberto, Eddie, Félix, Jesús, Román, Sefa,... y ayer Antonio. Gracias.
1 comentario:
Pues sí. Ciertamente fue una noche especial, inolvidable.
De esas que hacen que te sientas más cerca de aquellos a los que quieres.
Un abrazo digital.
Jesús.
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