DOMINGO 6 DE
NOVIEMBRE. 19:30 H.
CICLO DE POESÍA FERMENTADA.
Poesía barera, joven,
comprometida, que bebe de otras artes, dirigida a lxs jóvenes, a lxs
no lectorxs de poesía y a lxs lectorxs, a todxs los ciudadanxs.
INMA LUNA
Recital de Inma Luna y Rebeca Álvarez
INMA LUNA
INMA LUNA
Bio-bibliografía
Inma Luna (Madrid, 1966) es periodista. Ha publicado, en POESÍA: El círculo de Newton (Baile del Sol, Tenerife, 2007), De ronda en ronda, antología itinerante de poetas españoles en México (Ediciones del Ermitaño –México- y Baile del Sol –Tenerife-, 2007), junto a Uberto Stabile y Antonio Orihuela, Nada para cenar
Ha participado en las antologías: 23 pandoras, poesía alternativa españolaLa manera de recogerse el pelo, generación bloguer (Bartleby Editores, 2009 –en proceso-), Os dias do Amor. Um poema para cada dia do ano (Editora: Ministério dos Livros. Portugal, 2009), Voces del extremo (Fundación Juan Ramón Jiménez, 2005).
Sus poemas han aparecido también en las revistas literarias y suplementos: Alex Lootz, Minguante, La hamaca de lona, Piedra del molino, Sulscrito, Nayagua, Luke, Poesmash (Vinalia Trippers 2007), Versos. 12 Rounds (Ediciones del Satélite), The Chidren's Book of American Birds (Ed. Leteo), El Zoco, etc.
Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués por la editorial Sulscrito (Faro, Portugal, 2006). También ha participado en los encuentros de poesía: Voces del Extremo (Moguer, 2005); Palabra/Palabra, Encuentro de poesía hispano portuguesa (Punta Umbría, 2006 y Portugal, 2007), Edita, Encuentro Internacional de Editores Independientes (Punta Umbría, 2006, 2007, 2008), Salón del Libro de Huelva (2008), Recitales Acercando Orillas, de la Editorial Baile del Sol (Madrid, Palma de Mallorca, Tenerife, México, Croacia…)
En NARRATIVA: Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero (Baile del Sol, Tenerife, 2008).
Ha participado con relatos en los libros: El Cuentacuentos, antología de cuentistas españoles (Nonsoloparole Edizioni, Milán), Cuentos desterrados, (Patrañas Ediciones), Qué mala suerte tengo con los hombres (Editorial Catriel), Premios Clarín y Larra (Editorial Universidad Complutense de Madrid), Ciudad de Getafe (Editorial Ayuntamiento de Getafe).
Otros proyectos que ha llevado a cabo: Guionista y codirectora del cortometraje La vida en común, premio nacional de guiones “La noche del cazador” 2008; Autora de la exposición de fotografías y palabras Palestina y Nicaragua, crónicas afectivas, expuesta en varias salas de Madrid y en Tenerife dentro del Festival MUMES 2007; Autora de los poemas para la exposición Sueños, realizada en colaboración con el fotógrafo Rafa Martín, expuesta en Madrid en 2006.
Blog: (LFC Ediciones, obra ganadora del Premio Local de Poesía Villa de Leganés 2005). (Baile del Sol, Tenerife, 2009), http://inmalunatica.blogspot.com/
Ni nadie
Nadie me conoce.
Ni mi psiquiatra.
Ni la alcachofa de la ducha.
Ni mi taza de café.
Ni mis pestañas.
Nadie sabe nada de mí.
Nadie me ha descubierto todavía.
Ni mis sujetadores.
Ni mis bragas.
Ni mi pinza de depilar.
Nadie se asoma a mis zonas estrechas.
Nadie sabe encontrarlas
Nada me araña.
Ni mi cepillo de dientes.
Ni los chicles.
Ni los vasos de leche desnatada.
Nada entra en mi cuerpo.
Todo lo cruza.
Todo pasa de largo.
Como el viento en las casas con dos puertas.
Nada se lleva nada.
Nadie.
(De Nada para cenar, LFC Ediciones, Béjar. 2005)
Palabras como acto inevitable
En el gesto diario del beber de las plantas
está cada palabra que escribo para ti,
para ti y para todos.
La punta de la lengua que se quemamientras hago el café,
cuando me pillo un dedo con la puerta
y la uña morada golpea el azulejo
con la rabia del que se sabe indefinidamente postergado.
Más tarde ya no pasará el tiempo;
cuando nos levantemos por la noche
con sensación de miedo detrás de las orejas,
mintiendo que dormimos,
pensando en nuestras cosas de mayores.
Pero ahora se me llenan las líneas de palabras
que precisan un mínimo trazado,
una iluminación remota
para ser lo que son:
razones saturadas
que se vierten por los cuatro rincones.
Apenas soy capaz de saludarles,
con este olor a grava que siempre nos recorre,
con las ganas ilógicas de quedarnos sentados
enfrente de las penas de los otros
sin saberles llegar,
sin saber qué decir a sus vacíos
que son exactos a los nuestros,
las mismas muertes y los mismos desastres
pero pintados con otra gama de colores.
Todo es como un choque,
la vergüenza de los que nos creemos
que somos dueños de nuestros albedríos.
Demoramos las restas
para que no se queden las manos tan inútiles
delante de los hijos
que sabrán -al final- que no sabemos
cómo ha pasado esto
con lo hermosa que estaba la parcela
cuando nos trasladamos a vivir.
(De El círculo de Newton (Baile del Sol, Tenerife, 2007)
Con una inquietud que levanta la tapa de las alcantarillas
No sé jugar a nada.
Ahora parece que la niebla
cumple su compromiso de forrarme las manos.
Es lo que tiene ir de avispada,
perderse en casas grandes,
imaginarse entera desde el principio.
Me hablan de mi vida
quienes la desconocen
y admiran lo lustrosas que dejé las ventanas.
Pero todo retumba todavía
como retumba el eco de mi mínima gracia
en un montón de trapos que nunca sacudí.
Me rebana el aliento
admitir episodios
en los que fui un burro caminando derecho
obviando precipicios y montones de mierda a cada lado.
Y sigo sin saber
si en tanta incertidumbre queda algo de mí,
si ahora me miro fijamente
y puedo abrirme en dos sin malolerme,
si es verdad que encontré todo el paisaje
que habitaba en mis venas
o hay que seguir cortando.
Tengo frío porque gotea el grifo de la ducha,
porque no es fácil estar sola,
porque no lloro nunca
y duermo a trompicones.
Tengo miedo porque me toca hablar conmigo
y la conversación es delicada y tensa.
Ahora no tengo la palabra tan fácil,
me cuesta sonsacarme.
Quiero saber antes que nada
dónde coño viví todo este tiempo.
Inma Luna (Madrid, 1966) es periodista. Ha publicado, en POESÍA: El círculo de Newton (Baile del Sol, Tenerife, 2007), De ronda en ronda, antología itinerante de poetas españoles en México (Ediciones del Ermitaño –México- y Baile del Sol –Tenerife-, 2007), junto a Uberto Stabile y Antonio Orihuela, Nada para cenar
Ha participado en las antologías: 23 pandoras, poesía alternativa españolaLa manera de recogerse el pelo, generación bloguer (Bartleby Editores, 2009 –en proceso-), Os dias do Amor. Um poema para cada dia do ano (Editora: Ministério dos Livros. Portugal, 2009), Voces del extremo (Fundación Juan Ramón Jiménez, 2005).
Sus poemas han aparecido también en las revistas literarias y suplementos: Alex Lootz, Minguante, La hamaca de lona, Piedra del molino, Sulscrito, Nayagua, Luke, Poesmash (Vinalia Trippers 2007), Versos. 12 Rounds (Ediciones del Satélite), The Chidren's Book of American Birds (Ed. Leteo), El Zoco, etc.
Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués por la editorial Sulscrito (Faro, Portugal, 2006). También ha participado en los encuentros de poesía: Voces del Extremo (Moguer, 2005); Palabra/Palabra, Encuentro de poesía hispano portuguesa (Punta Umbría, 2006 y Portugal, 2007), Edita, Encuentro Internacional de Editores Independientes (Punta Umbría, 2006, 2007, 2008), Salón del Libro de Huelva (2008), Recitales Acercando Orillas, de la Editorial Baile del Sol (Madrid, Palma de Mallorca, Tenerife, México, Croacia…)
En NARRATIVA: Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero (Baile del Sol, Tenerife, 2008).
Ha participado con relatos en los libros: El Cuentacuentos, antología de cuentistas españoles (Nonsoloparole Edizioni, Milán), Cuentos desterrados, (Patrañas Ediciones), Qué mala suerte tengo con los hombres (Editorial Catriel), Premios Clarín y Larra (Editorial Universidad Complutense de Madrid), Ciudad de Getafe (Editorial Ayuntamiento de Getafe).
Otros proyectos que ha llevado a cabo: Guionista y codirectora del cortometraje La vida en común, premio nacional de guiones “La noche del cazador” 2008; Autora de la exposición de fotografías y palabras Palestina y Nicaragua, crónicas afectivas, expuesta en varias salas de Madrid y en Tenerife dentro del Festival MUMES 2007; Autora de los poemas para la exposición Sueños, realizada en colaboración con el fotógrafo Rafa Martín, expuesta en Madrid en 2006.
Blog: (LFC Ediciones, obra ganadora del Premio Local de Poesía Villa de Leganés 2005). (Baile del Sol, Tenerife, 2009), http://inmalunatica.blogspot.com/
Ni nadie
Nadie me conoce.
Ni mi psiquiatra.
Ni la alcachofa de la ducha.
Ni mi taza de café.
Ni mis pestañas.
Nadie sabe nada de mí.
Nadie me ha descubierto todavía.
Ni mis sujetadores.
Ni mis bragas.
Ni mi pinza de depilar.
Nadie se asoma a mis zonas estrechas.
Nadie sabe encontrarlas
Nada me araña.
Ni mi cepillo de dientes.
Ni los chicles.
Ni los vasos de leche desnatada.
Nada entra en mi cuerpo.
Todo lo cruza.
Todo pasa de largo.
Como el viento en las casas con dos puertas.
Nada se lleva nada.
Nadie.
(De Nada para cenar, LFC Ediciones, Béjar. 2005)
Palabras como acto inevitable
En el gesto diario del beber de las plantas
está cada palabra que escribo para ti,
para ti y para todos.
La punta de la lengua que se quemamientras hago el café,
cuando me pillo un dedo con la puerta
y la uña morada golpea el azulejo
con la rabia del que se sabe indefinidamente postergado.
Más tarde ya no pasará el tiempo;
cuando nos levantemos por la noche
con sensación de miedo detrás de las orejas,
mintiendo que dormimos,
pensando en nuestras cosas de mayores.
Pero ahora se me llenan las líneas de palabras
que precisan un mínimo trazado,
una iluminación remota
para ser lo que son:
razones saturadas
que se vierten por los cuatro rincones.
Apenas soy capaz de saludarles,
con este olor a grava que siempre nos recorre,
con las ganas ilógicas de quedarnos sentados
enfrente de las penas de los otros
sin saberles llegar,
sin saber qué decir a sus vacíos
que son exactos a los nuestros,
las mismas muertes y los mismos desastres
pero pintados con otra gama de colores.
Todo es como un choque,
la vergüenza de los que nos creemos
que somos dueños de nuestros albedríos.
Demoramos las restas
para que no se queden las manos tan inútiles
delante de los hijos
que sabrán -al final- que no sabemos
cómo ha pasado esto
con lo hermosa que estaba la parcela
cuando nos trasladamos a vivir.
(De El círculo de Newton (Baile del Sol, Tenerife, 2007)
Con una inquietud que levanta la tapa de las alcantarillas
No sé jugar a nada.
Ahora parece que la niebla
cumple su compromiso de forrarme las manos.
Es lo que tiene ir de avispada,
perderse en casas grandes,
imaginarse entera desde el principio.
Me hablan de mi vida
quienes la desconocen
y admiran lo lustrosas que dejé las ventanas.
Pero todo retumba todavía
como retumba el eco de mi mínima gracia
en un montón de trapos que nunca sacudí.
Me rebana el aliento
admitir episodios
en los que fui un burro caminando derecho
obviando precipicios y montones de mierda a cada lado.
Y sigo sin saber
si en tanta incertidumbre queda algo de mí,
si ahora me miro fijamente
y puedo abrirme en dos sin malolerme,
si es verdad que encontré todo el paisaje
que habitaba en mis venas
o hay que seguir cortando.
Tengo frío porque gotea el grifo de la ducha,
porque no es fácil estar sola,
porque no lloro nunca
y duermo a trompicones.
Tengo miedo porque me toca hablar conmigo
y la conversación es delicada y tensa.
Ahora no tengo la palabra tan fácil,
me cuesta sonsacarme.
Quiero saber antes que nada
dónde coño viví todo este tiempo.
REBECA ÁLVAREZ
(Madrid, 1976) Publica su primer poemario en 2010, en Ediciones Amargord, donde
posteriormente coordinó la colección Candela de poesía. Ha sido antologada en Blanco Nuclear (Sial) y Poetrastos (LVR), y próximamente estará
en Inabsent(i)a (Nanoediciones). Participa
en numerosos recitales (sobre todo en el madrileño barrio de Lavapiés),
colabora en la web Culturamas y ultima
su(s) próximo(s) poemario(s). En algunas librerías ya está disponible la
segunda edición de su (hasta la fecha) único libro publicado, Suponiendo la cicatriz como posibilidad de
la herida, prologado por Julieta Valero.
Cuervo
Hay un resto de
noche junto al día que empieza.
Hay un resto de
noche de perfil,
próximo a la
piscina. Su ojo
es el punto de fuga
del jardín,
su silueta forma
sombras chinas sobre el muro,
enjaulada por
verjas
que el reflejo del
agua hace temblar.
Hay un resto de
noche de perfil
despeinando muñecas
cerca del mediodía.
Y de pronto abanica
el aire que lo
encierra
y callan las
chicharras un instante.
También hay una
niña,
está tumbada al
sol, sobre la hierba.
Y hay un resto de
noche de perfil,
tal vez (si le
dejara) besaría sus ojos.
Pero la niña
duerme,
de momento el
cuervo no es más que un pájaro.
Del libro Suponiendo
la cicatriz como posibilidad de la herida (Amargord, 2010)
PROFILAXIS
Presérvate
de la descendencia y de la mortalidad
prematura.
Ponte la distancia y comprueba
(cada cinco minutos)
que sigue ahí,
que no ha sido engullida
ni se ha deteriorado.
Nunca te falla el cronómetro
para reponerla en el transcurso de las eternidades.
¡Eso, tú sigue interrumpiendo!
(no vaya a ser
que se produzca el contacto).
Ella no tiene frenos, abróchate
bien fuerte el cinturón.
Haz una pausa
durante el intercambio de salivas y las pieles
siamesas. Ordénale
desnudarse y alinea sus zapatos, dóblale
la ropa en el armario
y las rodillas.
Mírala en contrapicado, poderoso
y protegido,
que en el centrifugar de los juncos no se desprenda
la juntura del monstruo bicéfalo.
¡Sí, imponte!
Ella también prefiere el látex
(para fregar los platos a los que tú
sacas brillo).
¿O es que la consideras
corrosiva?
¿tal vez babilónica?
Pero no, los restantes orificios
no te inquietan, ¿no acostumbran
conllevar alianza?
¿O tal vez temes
ser parido hacia dentro, pasto
de su voracidad?
Con suspiro,
ella encoge los hombros.
¿Qué duda cabe?
¡te alaba la razón y te la envidia!
(aunque a menudo termine
maldiciéndola a voces y a portazos).
Pero algunas veces
necesitaría abrasarse en el abandono
de pausas, esterilizaciones y prudencias.
Derretirse. Puenting. Grito. Sobrepasar al vértigo.
Aunque si compartir estropajo es
demasiada proximidad para tu aguante,
en algo estáis de acuerdo:
para ser dos se necesita
un poco de distancia.
Presérvate
de la descendencia y de la mortalidad
prematura.
Ponte la distancia y comprueba
(cada cinco minutos)
que sigue ahí,
que no ha sido engullida
ni se ha deteriorado.
Nunca te falla el cronómetro
para reponerla en el transcurso de las eternidades.
¡Eso, tú sigue interrumpiendo!
(no vaya a ser
que se produzca el contacto).
Ella no tiene frenos, abróchate
bien fuerte el cinturón.
Haz una pausa
durante el intercambio de salivas y las pieles
siamesas. Ordénale
desnudarse y alinea sus zapatos, dóblale
la ropa en el armario
y las rodillas.
Mírala en contrapicado, poderoso
y protegido,
que en el centrifugar de los juncos no se desprenda
la juntura del monstruo bicéfalo.
¡Sí, imponte!
Ella también prefiere el látex
(para fregar los platos a los que tú
sacas brillo).
¿O es que la consideras
corrosiva?
¿tal vez babilónica?
Pero no, los restantes orificios
no te inquietan, ¿no acostumbran
conllevar alianza?
¿O tal vez temes
ser parido hacia dentro, pasto
de su voracidad?
Con suspiro,
ella encoge los hombros.
¿Qué duda cabe?
¡te alaba la razón y te la envidia!
(aunque a menudo termine
maldiciéndola a voces y a portazos).
Pero algunas veces
necesitaría abrasarse en el abandono
de pausas, esterilizaciones y prudencias.
Derretirse. Puenting. Grito. Sobrepasar al vértigo.
Aunque si compartir estropajo es
demasiada proximidad para tu aguante,
en algo estáis de acuerdo:
para ser dos se necesita
un poco de distancia.
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