A mis padres y hermanos
por no cerrar nunca la casa
por no cerrar nunca la casa
Amanece con los cerrojos rotos
desde dentro
desatornillados por los propios moradores
Crece ensanchada
desde el centro del mar
y en ella entran los atunes
y no se cierra el paso a los tiburones
Hasta ballenas y sirenas y calamares gigantes
vienen a dormir bajo su techo cielo
La casa es el hogar donde el aire respira
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De niña tenía en cada árbol una casa
con mi hermano
y con él bajaba a las simas más profundas
en los banquetes de boda
Explorábamos la Amazonia
y viajábamos en globo
muy alto, muy alto
Por las noches un duende
despertaba en el cajón de juguetes
Recordamos.
De niña dormía en una habitación blanca
con una cama enorme
metida en una bolsa de basura
y una noche me picó una abeja en el culo
y murió
De niña tuve una hermana pequeña
que me enseñó a ser grande
a ser pequeña
a ser grande
a ser pequeña
Mi padre era nuestra ciudad alegre
Mi madre, los brazos abiertos
De niña mi hermana me hizo un regalo
construyó piedra a piedra los muros de una casa
hilera de ladrillos delimitando habitaciones sin dueño
una casa en la que tomar el té
con mi pandilla de los invisibles
Entonces, no entendí
Ahora es la casa en la que vivo
(Alicia Martínez)
2 comentarios:
Precioso!!
No lo había leído entonces.
Gracias Jesús: Para mí es un poema-vida.
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